Salvo contados casos, nadie es imprescindible. Y querer estar en todos lados, es algo físicamente imposible.
Al final, cuanto más quieres abarcar, menos tiempo puedes dedicar a cada tarea. Y eso se suele convertir en un bloqueo cuando tu labor es decisiva para que un proyecto pueda avanzar. Te puedes llegar a convertir en un perro del hortelano, porque ni avanzas, ni dejas que el resto avance.
Delegar es algo más que liberar carga de trabajo sobre otras personas, también significa depositar y afianzar tu confianza sobre algún componente de tu equipo dándole un rol de responsabilidad, y asimismo, hacerle saber que confías en su capacidad para llevar a término la tarea. Con esto, también debes asumir sus decisiones como tuyas y permitirle equivocarse, algo por desgracia imprescindible en el desarrollo profesional y personal.
Además, delegar también ayuda a cubrir tus propias carencias, sobretodo cuando cuentas en el equipo con perfiles especializados. De la misma forma que no se puede abarcar todo, tampoco se puede conocer todo. Esto creo es algo común en empresas tecnológicas. O por ejemplo en mi caso, en el desarrollo web, que avanza constantemente.
Por último, no me puedo olvidar de un hecho importante, y es que saber delegar significa también ganar en calidad de vida y seguramente en salud ;)
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