Cuando terminamos un ciclo o proyecto, llega el momento de echar una mirada retrospectiva.

Es independiente a la metodología de proyectos que se utilice. Scrum realiza sus Sprint Retrospectives al finalizar el sprint, y en un Waterfall se llevaría a cabo una vez finalizada la ejecución del proyecto.

Llevar a cabo la retrospectiva es fundamental para la mejora continua.

Una retrospectiva parte por identificar las cosas que se han hecho bien y las cosas que se han hecho mal.

Identificar las cosas que se han hecho bien no es tan fácil como parece, ya que solemos dar más importancia a los problemas que a los logros o éxitos (salvo que sean muy notorios). Llevar a cabo éste ejercicio es útil para identificar cuáles son nuestros puntos fuertes y así poder llegar a potenciarlos. O por lo menos para alimentar nuestro ego antes de recibir las malas noticias ;)

Por supuesto, la tarea que más trabajo tiene es la de ver que cosas se han hecho mal. Debemos analizar los problemas y fallos generales, aunque a priori no se consideren como errores propios, y luego unirlo a una profunda labor de autocrítica.

Una vez tenemos los puntos negativos, llega el momento de analizarlos para comprender por qué se llegó a esa situación, cómo se podría haber evitado, y cuales serian las medidas, o actitudes a tomar para evitar ese problema concreto en el futuro.

De hecho, si fuera un sprint en Scrum, el último punto sería precisamente plantear esas acciones para corregir lo que no se ha hecho correctamente, para llevarlas a cabo en el siguiente sprint.

Un juego para plantear la retrospectiva en equipo es realizar una selección anónima e independiente de puntos positivos y a mejorar por parte de cada miembro del equipo, sumarlos para establecer cuales son los más repetidos, y una vez identificado un número limitado, plantear las propuestas correctivas. Incluso es buena idea, si es posible, asignar las tareas de mejora a los miembros del equipo.

Es cierto que esas hipotéticas soluciones no son realmente válidas hasta que no se ponen en práctica y tienen éxito, y en algunos casos no se podrán poner en práctica nunca, pero nos serán útiles para completar la experiencia que hayamos adquirido.

Y también es cierto que encontrarte siempre los mismos problemas en una retrospectiva puede causar desconfianza y frustración. No siempre se tiene la capacidad para cambiar ciertas situaciones.

Al final de todo se aprende, y en la medida de lo posible, es importante llevar a cabo la retrospectiva para sacar lección tanto de lo bueno como de lo malo.

¿Alguna experiencia fruto de una retrospectiva que queráis compartir?


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David Viñuales

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  • Haciendo precisamente autocrítica diré que no soy el mejor ejemplo a la hora de llevar a cabo retrospectivas de grupo en situaciones precisamente complicadas y frustrantes para los miembros de un equipo, y ese probablemente sea un punto de mejora.

    Pero eso no quita que considere ésta práctica de gran importancia para la mejora individual y grupal.

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